En estos
días se cumplen 80 años del comienzo del alzamiento rebelde contra
la Segunda República. Es bien conocido que en 1936, las fuerzas
reaccionarias, no conformes con el triunfo del Frente Popular en las
elecciones del 16 de febrero, propiciaron el levantamiento contra el
gobierno de la República, consiguiendo que parte del ejército se
alzase en Melilla la tarde del 17 de julio y los días posteriores lo
intentaran hacer en el resto del país. Como este golpe de estado no
triunfó más que una parte de España, los rebeldes comenzaron lo
que después fue la guerra civil.
En
León, la rebelión contra el gobierno legítimo comenzó el 20 de
julio. El 19 habían llegado a la ciudad mineros asturianos, unos
2.000, pidiendo amas. El gobernador militar, general Carlos Bosch,
les entregó 200 fusiles en no muy buenas condiciones y 4
ametralladoras, a condición de que abandonasen la ciudad. A las dos
de la tarde del día siguiente, el lunes 20, una vez los mineros
estuvieron lejos de León camino de Madrid, el general Bosch se
sublevó. Los sindicatos declararon la huelga general; con un calor
aplastante y con escasas armas, los trabajadores lucharon tenazmente
contra las tropas del general Boch, pero finalmente fueron
derrotados. En el Gobierno Civil fueron detenidas las principales
autoridades civiles: Emilio Francés, gobernador civil; Félix
Sampedro, presidente del Frente Popular; Ramón Armesto, presidente
de la Diputación; Miguel Castaño, alcalde de León… quienes
serían juzgados en noviembre y fusilados poco después. En
Ponferrada estaban parte de los mineros que habían salido de Oviedo,
mineros que fueron masacrados el día 21 en la plaza del mercado por
tropas rebeldes procedentes de Lugo. Todos los leoneses que pudieron
escapar de la represión se fueron hacia la zona que había
permanecido leal al gobierno republicano, Asturias y el norte
montañoso de la provincia leonesa, organizando desde allí la lucha
contra los rebeldes.
La
provincia de León quedó dividida en dos zonas, manteniéndose leal
a la República la parte norte y montañosa, en una línea que
partiendo de la confluencia de las provincias de Asturias, Lugo y
León, en el puerto de Leitariegos, seguiría hacia el este,
incluyendo parte de Laciana y Babia, pasando seguidamente a menos de
30 Km. de León capital, con La Pola de Gordón en la zona leal y La
Robla en la rebelde, y continuando al este hacia Guardo, en Palencia,
por el norte de Boñar, Puebla de Lillo y Riaño. En agosto,
Villablino y el puerto de Leitariegos caerían en manos rebeldes.
En
la zona leonesa fiel a la República, el 26 de agosto se creó en
Busdongo el comité provincial de Milicias Antifascistas Leonesas, y
en septiembre el Frente Popular de León, con sede en Villamanín,
localidad de la montaña leonesa casi en el límite con Asturias.
Tras constituirse el Consejo Interprovincial de Asturias y León se
formó un cuerpo de ejército con varias comandancias en León; la
más importante fue la de La Pola de Gordón. Villamanín era la
capital republicana de León y ahí residía el gobernador civil,
Alfredo Nistal, mientras que en La Pola de Gordón estaba el estado
mayor del grueso de las fuerzas republicanas leonesas. Hasta aquí la
historia del comienzo de la guerra civil en León, historia más o
menos sabida.
Lo
que es bastante menos sabido es que en la zona republicana de León
se editó un ‘boletín de guerra’ que informaba de cómo iba la
lucha y que también servía como ‘gaceta’ o ‘boletín oficial’
ya que publicaba las disposiciones de los distintos Comités creados
y de las Comandancias militares. Se denominó “Boletín de Guerra
del Frente Popular” y se imprimía en Busdongo, en la imprenta
‘Audelita’. En Asturias existía otro boletín con idéntico
título pero distinto al leonés, sólo para Asturias.
Estos
boletines nos los encontramos casi por casualidad en una de nuestras
visitas al Archivo de la Guerra Civil de Salamanca. Del Boletín de
Guerra del Frente Popular leonés encontramos los primeros 17 números
(no sabemos si se editaron más), del 29 de agosto al 30 de
septiembre de 1936. Salía cada dos días, sin precio, tenía cuatro
páginas y su contenido era bastante variopinto: noticias del frente
(básicamente del de Pola), partes de guerra, disposiciones sobre
abastos, llamamientos antifascistas, avisos de reuniones de los
comités locales o de los sindicatos, noticias de frentes lejanos,
poemas (como el de Rafael Alberti titulado ‘Atención
Radio Sevilla’),
artículos de concienciación política para combatientes y no
combatientes, la composición del nuevo gobierno presidido por Largo
Caballero, donativos para los heridos, etc, etc. Hasta los
recorridos, horarios y precios de las líneas regulares de autobús
de la provincia y del ferrocarril entre La Pola de Gordón y Gijón.
Se
conocen otros boletines informativos republicanos editados durante la
guerra civil. Pero la gran mayoría están editados o por un partido
político o por una unidad militar, mientras que el Boletín de
Guerra del Frente Popular de León está editado por el conjunto de
organizaciones leonesas que formaban el Frente Popular, es decir, por
los representantes de todos los que combatían contra el alzamiento
rebelde. Con pocos medios y con una difícil distribución, este
boletín sirvió para mantener vivo en la montaña leonesa el
espíritu de lucha por la libertad. Que su existencia no caiga en el
olvido, como tampoco han de caer en el olvido las miles de víctimas
del franquismo.
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