martes, 7 de noviembre de 2017

Las milicias de Izquierda Republicana y la 75 Brigada Mixta


Inmediatamente después del golpe fascista de julio de 1936 contra el gobierno de la Segunda República, los partidos políticos que formaban parte del Frente Popular y los sindicatos de clase organizaron unidades armadas de afiliados y simpatizantes (milicias) que se dispusieron a la lucha en defensa del gobierno legítimo. Combatieron coordinadas por la Comandancia General de Milicias hasta que el Gobierno decidió su integración en el Ejército Popular.

Las milicias

Las milicias surgen como respuesta al levantamiento militar contra el Frente Popular, como el “ejército del pueblo”. Organizadas por partidos y sindicatos, estaban formadas por individuos dispuestos a defender sus ideales frente a los rebeldes. Mandadas por militares leales o por destacados dirigentes de sus respectivas organizaciones, son cruciales en un principio como fuerzas combatientes, hasta que a finales de 1936 el Gobierno presidido por Largo Caballero decide la creación del Ejército Popular. El miliciano es “un hombre del pueblo en armas” defendiendo las conquistas sociales de la República.

PARCHE BORDADO QUINTO REGIMIENTO
La milicia más conocida y también la más prestigiosa fue el Quinto Regimiento, que terminó siendo la base del Ejército Popular de la República. Su origen está en las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC) organizadas en 1933 en Madrid por el Partido Comunista como respuesta a las agresiones falangistas. Ilegales en un principio, la primera actuación legal de las MAOC fue en la manifestación del 1º de Mayo de 1936, junto a las milicias socialistas, como servicio de orden. El Quinto Regimiento tenía unos 20.000 milicianos en noviembre de 1936 y aunque de mayoría comunista, en él combatieron republicanos y socialistas y fueron determinantes en la defensa de Madrid. Junto al Quinto estaban las milicias del resto de organizaciones leales, como las confederales (CNT) y las socialistas. Y las Milicias de Izquierda Republicana.

Las milicias de Izquierda Republicana en el frente de Madrid

En Madrid, Izquierda Republicana hizo un llamamiento a la ciudadanía en general, y en especial a la clase media progresista, a comerciantes y  a intelectuales republicanos para que se uniesen a las milicias de IR, del mismo modo que los partidos obreros y los sindicatos de clase hacían similar llamamiento a la clase trabajadora.

Con los voluntarios que se unieron al llamamiento de Izquierda Republicana y de las JIR (Juventudes de Izquierda Republicana) se formaron varios Batallones de milicianos: el “Azaña”, el “Marcelino Domingo”, el “José Giral”, el “Madrid” y el “Campesinos de Tiétar”, éste último formado mayoritariamente por voluntarios de esta zona abulense.
Todos los combatientes de las Milicias de Izquierda Republicana eran conocidos como los “Balas Rojas”, y éste era su himno:

¡Salud! miliciano valiente
que vas entusiasta a luchar.
¡Salud! y que traigas triunfante
honor y alegría a tu hogar.

Con el fascio y sus traidores
terminar es tu deber,
¡salud!, y que tengas suerte,
¡salud!, y que puedas volver.

Miliciano “Bala Roja”
que a defender vas
con ardor un ideal,
Miliciano “Bala Roja”,
es tu deber vencer a tu rival.
Lo reclama la patria en que naciste,
el honor, la igualdad y la libertad.
Miliciano “Bala Roja”, antes morir
que consentir la indignidad.

El Batallón Azaña fue destinado en principio a cubrir un importante sector en la Sierra madrileña, siendo trasladado en octubre de 1936 al frente del Tajo, llegando el día 20 a Illescas y entablando combate con el enemigo, replegándose posteriormente hacia Torrejón de Velasco, resistiendo valientemente el empuje faccioso, siendo relevado de primera línea en noviembre por el Batallón Marcelino Domingo. Casi sin descanso, con el enemigo a las puertas de Madrid, el Batallón Azaña fue destinado a la Casa de Campo, donde detuvo valientemente a las tropas de Franco.

Después de una intensa preparación, el Batallón Marcelino Domingo tuvo su primera acción de armas a principios de noviembre en el subsector de Pinto-Parla-Fuenlabrada del frente madrileño, donde relevó al Azaña. La superioridad enemiga obligó a los Balas Rojas a replegarse al barrio de Usera, zona en la que las milicias madrileñas pararon el avance del ejército invasor. Tras un corto descanso, el Batallón Marcelino Domingo fue destinado al sector de Aravaca y más tarde al Puente de los Franceses. La intensidad de los combates en los que había luchado dio un balance grande de bajas, lo que obligó al Alto Mando a unificar este batallón con el Campesinos del Tiétar, que ya se había curtido en el frente de Ávila.

El Batallón José Giral defendió desde septiembre el sector de Somosierra, al norte de Madrid. Era fundamental que los rebeldes no tomasen el río Lozoya, que suministraba (y suministra) agua a la capital, y en su defensa desde julio se hallaba en el pueblo de Biutrago una columna de milicianos al mando de Francisco Galán. A esta columna se unió nuestro batallón, que se destacó en la defensa del pueblo de Gascones, a la orilla del Lozoya. El pantano de Lozoya, junto a Buitrago, estuvo en manos de la República hasta el final de la guerra, impidiendo que la capital muriese de sed. Fue aquí, en Buitrago, donde perdió su mano Rosario “la dinamitera”.

El Batallón Madrid debe su nombre al lugar al que fueron destinados los milicianos que lo formaron, la defensa de la capital en el otoño de 1936. Brihuega, El Pardo, Las Barrancas, Valdemorillo, Colmenarejo… fueron testigos de sus hechos de armas.

El Batallón Campesinos del Tiétar se formó con milicianos de diversos pueblos del valle del Tiétar: Santa Cruz, San Esteban, Cuevas del Valle, Mombeltrán y Poyales del Hoyo. Estos milicianos actuaron en forma de guerrilla en el frente de Ávila, en Priedrahita y Puerto Pico. La pérdida para la República de las tierras abulenses hizo que esta unidad fuese trasladada al frente de Madrid, en el sector de Pozuelo-Aravaca, donde será unificada, como ya hemos señalado, con el Batallón Marcelino Domingo.

En enero de 1937, las milicias de Izquierda Republicana fueron encuadradas en la 6ª División del recientemente creado Ejército Popular de la República, División que se ocupaba de la defensa de Madrid a lo largo del río Manzanares, desde el Puente de los Franceses hasta Villaverde Bajo.

Las Brigadas Mixtas

En el otoño de 1936, el Gobierno Largo Caballero decidió que para ganar la guerra se necesitaba un ejército regular, con disciplina y mando único. Para ello, entre septiembre y octubre se decretó la militarización de las milicias y la movilización de las quintas de 1932 a 1935, así como la creación de la Escuela Popular de Guerra para la formación de nuevos oficiales, que podrían acceder a la escala profesional del Ejército. También se estableció el saludo obligatorio (puño derecho cerrado a la altura de la sien), lo que ocasionó no pocas reticencias, fundamentalmente en las milicias confederales. Con estas medidas, la guerra dejaba de ser sólo cosa de los voluntarios milicianos sino que se implicaba a todo el Ejército, con subordinación al código militar. A finales de octubre, una orden disponía que quedaban suprimidas las comandancias militares de las milicias y los regimientos que sostenían los diferentes partidos, lo que suponía la desaparición legal de estas milicias.

La organización fundamental del nuevo Ejército Popular fueron las Brigadas Mixtas. La Brigada Mixta (BM) se concibió como una unidad autónoma compuesta por batallones de Infantería apoyados por las otras Armas (Caballería, Artillería, Morteros, Zapadores, Transmisiones, Intendencia, Sanidad). En noviembre, la plantilla de la Brigada Mixta se fijó en cuatro batallones de infantería de cinco compañías (cuatro de fusileros y una de ametralladoras) y una compañía de reserva, un pelotón de morteros, un pelotón de caballería, una batería de artillería con tres cañones, y unidades de municionamiento, transmisiones, zapadores, intendencia y sanidad. En total, unos 4.000 hombres por BM.
Las ocho primeras brigadas, de la 1 a la 6 más dos internacionales, creadas el 18 de octubre, pudieron partir para los frentes el 3 de noviembre. La última Brigada Mixta fue la 246, formada en Calella de la Costa (Barcelona) a finales de 1938.

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La 75 Brigada Mixta

La 75 Brigada Mixta (BM) es la continuación de las Milicias de Izquierda Republicana que desde el periodo julio-octubre de 1936 venían operando en el frente de Madrid, y nació del desdoblamiento en febrero de 1937 de la 6ª División. Se formó con los batallones antes descritos a los que se unió el antiguo batallón Pedro Rubio, batallón organizado en agosto de 1936 por los diputados socialistas de Badajoz y compuesto casi exclusivamente por extremeños. Para el mando de la Brigada fue designado el comandante de Infantería Manuel Melero Blanco que, en julio de 1936, era capitán en el Regimiento Wad-Ras nº 1 en Madrid. El primer comisario político fue Eleuterio Dorado Lanza, sustituido en junio de 1937 por José de la Vega Ruiz. Luego lo fue Alfonso Reyes Senén, de Izquierda Republicana.
En lugar de los cuatro habituales, la 75 BM tenía cinco batallones, que eran:
Primer Batallón (núm. 297), “Azaña”;
Segundo Batallón (núm. 298), “Marcelino Domingo”/”Campesinos del Tiétar”;
Tercer Batallón (núm. 299), “José Giral”;
Cuarto Batallón (núm. 300), antiguo “Pedro Rubio”;
Quinto Batallón, “Madrid”.


El portavoz de la 75 BM era la revista ‘Balas rojas’, editada en el primer batallón y cuyo primer número salió el 20 de febrero de 1937. Conocemos 29 números publicados, 20 en 1937, 7 en 1938 y 2 en 1939. Los datos históricos de los batallones de la 75 BM están tomados de los números 5, 6, 7, 8 y 9 de ‘Balas rojas’. Los otros batallones de la Brigada tenían pequeñas publicaciones propias, los boletines ‘Independencia’, ‘Avanzada’, ‘Victoria’ y ‘Pasaremos’.
Como hemos señalado, la 75 Brigada Mixta se formó en Madrid y participó activamente en su defensa, principalmente en el sector de la Casa de Campo. En marzo de 1937 se desplazó a Andújar (Jaén) para participar en el asedio al santuario de Santa María de la Cabeza, regresando seguidamente a Madrid donde intervino, del 10 al 14 de abril, en un ataque al Cerro Garabitas, en la Casa de Campo, replegándose el 16 de abril a la Punta del Abejal. Durante el resto de 1937 y primer semestre de 1938, la 75 BM combatió en los distintos frentes madrileños en defensa de la capital. Mientras tanto, Melero, ascendido a jefe de la 6ª División en abril, cedió su puesto al comandante de Ingenieros Antonio Máximo Ludeña, que al inicio de la guerra era teniente retirado en Alicante. En diciembre fue relevado por el mayor de milicias Carlos Velillo Tardío, con González Obarro como jefe de Estado Mayor.

En junio de 1938 la Brigada estaba en Marchamalo (Guadalajara), desde donde marchó al frente levantino después de la caída de Castellón, concentrándose en Vall d’Uixó (al sureste de  esta provincia) dedicándose inicialmente a trabajos de fortificación formando parte de la 15 División. A primeros de julio entra en combate en el castillo de Villavieja, donde es muy batida por las tropas franquistas, quedando prácticamente deshecho uno de sus batallones. Al estabilizarse el frente pasa a depender de la 49 División, quedando en línea en la zona de Villavieja a Vall d’Uixó, donde todavía se encontraba a finales de año. En 1939 permanece combatiendo en la misma zona, hasta el levantamiento casadista.

Al parecer, el 7 de marzo de 1939 la 75 BM o parte de ella se hallaba de guarnición en Cartagena cuando tuvo lugar el levantamiento de la Base Naval tras la sublevación del coronel Casado. Con el avance a de las tropas franquistas hacia Levante tras la caída de Madrid, la 75 Brigada Mixta simplemente se disolvió.

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